lunes, marzo 23, 2009

Sólo los gatos tan sólo los gatos...

Ya lo sé. ¡Ya lo sé!
¡Soy un desastre!
Es la artritis que no me deja escribir bien.
Ahora, por ejemplo, les estoy escribiendo con mis cuartos traseros (me sale bien, ¿no?).
Pero no todo es tan malo en la vejez. Uno se hace más sabio. Por ejemplo, yo el otro día aprendí algo muy importante. Aprendí que a los pájaros hay que dejarlos que se bañen en la piletita (a los Rossi les gusta ver cómo los pájaros se bañan, ¡gustos humanos!). Pero con los gatos la cosa se pone diferente ¡Hay que echarlos del jardín! Si vieran lo desalmados que se ponen... ¿Qué tal, eh? ¡Es una buena esa! ¡Yo no sabré llevarles el periódico ni las pantuflas, pero les espanto a los gatos de todo el vecindario!

Los Rossi, agradecidos. Obvio. Están hartos del olor a pis de gato. Yo los entiendo. Mi pis siempre es y será mucho más rico. Los pajaros, por otro lado, no parece que hagan pis o al menos yo no lo huelo. ¿Ustedes qué piensan?
¡Hey! ¡Ustedes dos! ¡Ya pueden bajarse del techo, eh! ¿No ven que ya no me interesan?