lunes, abril 24, 2006

Alter ego

Julio es un gato persa enorme que vive entre libros y acompañado de una gata blanca llamada Liu.
Julio pesa lo mismo que yo: ocho kilos y medio.
Julio es un gato raro.
Julio, tus bigotes cortados son como mi ojo pirata.
Por eso, te comprendo.
Que mi dueña te haya levantando y hecho mimos en el cogote, que se haya sentado a tu lado a mimarte y hablarte como a veces hace con los perros, que te haya querido de sopetón como a veces le pasa con algunas personas que se las quiere porque sí, de sopetón nomás, sin saber por qué, que haya sucedido todo eso me hace pensar, Julio, que sos como mi alter ego.
Pero en gato.
¡Qué extraña es la vida!

jueves, abril 20, 2006

Ética panchófila

Está bien darme de comer.
No está bien no darme de comer.
Está bien hacerme mimitos en el cogote.
No está bien morder el tobillo de ningún habitante de esta casa.
Está bien darle besos a Blanquita por detrás de la ligustrina.
No está bien ladrarle a Blanquita como un condenado por detrás de la ligustrina.
Está bien comerse los grillos topos del jardín pues son malos para las plantitas.
No esta bien mearle la aljaba a Flor pues es muy malo para su plantita.
Está bien lamer los huesitos del asado del domingo.
No está bien enterrar los huesitos del asado del domingo en el macetero del jazmín.
Está bien recibir a Mamá y Papá Rossi con ladridos de alegría.
No está bien mear las habitaciones de los Rossis hijos que se han ido de la casa.
Está bien mirar por la ventana del living mientras espero que los Rossi vuelvan.
No está bien romperle el silloncito de caña a mamá Rossi esperando a que los Rossi vuelvan.

Uf.

Update:

Está bien linkear a todos mis amigos de la blogósfera
No está bien haber tardado tanto en linkear a los nuevos amigos de la blogósfera.

¡Disculpen! Pero creo que ya estamos todos.

martes, abril 11, 2006

El asadito






¿Cómo les gusta muchachos?
¡¡La casa invita!!

lunes, abril 10, 2006

viernes, abril 07, 2006

Blanquita



Yo soy un pequinés.
Ella es una perra "raza perro".
Chiquita como yo, sí, pero distinta.


Por lo pronto tiene hocico, algo de lo cual yo carezco, lamentablemente.
Y digo lamentablemente porque esto de tener cara plana trae muchas dificultades. Los humanos sabrán de qué les hablo pues ellos también tienen la cara así.
Ella, decía entonces, se llama Blanquita.
Acá los Rossi creen que yo no la quiero porque cada vez que ellos están en el parque tomando mate y ella aparece por atrás del cerco de ligustrina yo le empiezo a gruñir como un condenado.
Pero la verdad es que todo eso es para aparentar y hacerme el malo.
En cuanto los Rossi se meten para adentro para cambiarle la yerba al mate yo me le acerco, despacito, y le doy besitos por entre la ligustrina.
Blanquita me tiene una paciencia. Yo creo que debe ser medio santa.

lunes, abril 03, 2006

De carnes hablamos

Aclaración: Este post quizás no sea apto para nuestro amigo vegetal brocco aunque sí, mejor sí.

Domingo por la tarde. Reunión de Rossis. Asado de ternera y ni un poquito. Mis amigos ibéricos no deben saber del quilombo este de las carnes argentinas pero Nano que vive por estos pagos entenderá lo que significa que el domingo hayan hecho un asado de nada más y nada menos que ternera. Todos los que vivimos en este país sabemos que la Argentina tiene el doble de vacas que de habitantes. Las vacas caminan por la llanura de la pampa húmeda, comen su pastito tierno y tienen una vida bastante agradable hasta que bueno, zácate, las matan y ¡paf! se acabó. La Argentina tiene tradición de país ganadero. Lo de sembrar trigo vino después. Primero las vacas, che, pero como dice la canción del arriero: "las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas". Y no me digan que no es una casualidad que la literatura de este país se inicie con una obra titulada El Matadero de Esteban Echeverría. ¿Vosotros teneis al loco manchego ese del Quijote? Nosotros tenemos un matadero de vacas, che.
Porque, vamos, que carnear una vaca en el siglo XIX era de lo más común entre los gauchos. Y entonces era comer por dos días enteros hasta que sólo quedaba la "usamenta".
Pero aquí la carne siempre fue cara, mis amigos. Siempre. Porque como ya dijimos las vaquitas nunca fueron de los argentinos sino de los ganaderos argentinos, que no es lo mismo, ¿me entienden? Y a esta gente le importó siempre un reverendo pepino si los argentinos comían carne o polenta. Ellos sólo piensan en la carne a precio dólar. Y así es como llegan los mejores cortes al exterior a precios claramente altos. ¿O ustedes comen carne argentina muy barata, eh?
Cuestión que ahora hay un revuelo bárbaro porque el gobierno anda con que no puede ser que los argentinos no puedan comer carne. Y anda ahí batallando con los ganaderos que se creen los dueños de hacer lo que quieren porque son los dueños de las vaquitas. Y entonces uno va a la góndola del super y no hay nada de nada, che. Sólo pollo (que pa que lo voy a negar, yo no le hago asco a nada, chicos, que el pollo es lo más rico que hay) o pescado que ahora que viene semana santa....¡puf! se va a ir por las nubes. Caramba, que ese asadito de ternera que se hicieron ayer estos desgraciados ¡debe haber sido el último asado de ternera que quedaba en este bendito país! Y NI UN BOCADO.
Sólo me dieron un pedazo de pan.
Desgraciados.
Sigan comiendo pollo, ya van a ver.
Un día la revolución de los perros los va a obligar a comer de esas bolitas inmundas en nombre de la buena salud.
Snif.