lunes, enero 16, 2006

Postales inesperadas IV





Buenas, Don Pancho,

¿Cómo se encuentra su Buenos Aires? ¡¡¡Mande algo de humedad por aquí!!! Hace un rato pasó una parejita con una chata blanca que de blanca no tenía nada. Pero es que en esta ruta 40 no se puede esperar otra cosa. Parece que andaban preguntando si era o no era la 40 porque este camino ruinoso de ruta no tiene nada. Me espantaron a todos mis hijitos que andaban correteando por el camino y, claro, se bajaron de la camioneta al grito de ¡ñanducitos, ñanducitos! ¿Es que nunca han visto un ñandú, acaso?

Mis respetos a usted y su familia,

Mamá Ñandú.

3 comentarios:

Nano Frontera. dijo...

uyyyyyyyy Pancho, lindo te hacen quedar, quienes? los Rossi ufa sé más explícito porfa, pata guau guau

Unknown dijo...

jajaj, no, brocco tampoco ha visto nunca un ñandú!

Pancho dijo...

¡Pobre mamá ñandú! Mi alma de "pancho buscador de pelea" dan ganas de ir a correrla por toda la estepa patagónica al grito de "¡comida, comida!". Esto de ser carnívoro no es buen signo para hacer amistades con aves.